2022 es el Año Europeo de la Juventud. Desde USO reclamamos medidas efectivas que den solución a la difícil situación de los jóvenes en el mundo del trabajo
El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea han declarado 2022 como el Año Europeo de la Juventud, con la intención de dedicarlo a trabajar por el interés de todas las personas jóvenes en Europa.
Con esta declaración se pretenden aunar los esfuerzos de la Unión, los Estados miembros y las autoridades regionales y locales, junto con los agentes de la sociedad civil, para contribuir al empoderamiento, reconocimiento y apoyo a la juventud, estableciendo un diálogo con ellos.
USO acoge esta declaración de forma positiva, esperando que sirva, también especialmente, para encontrar soluciones a la difícil situación de los jóvenes en el mundo del trabajo, donde abundan el desempleo y la precariedad laboral.
Los problemas de la juventud, una tarea pendiente en Europa
La Unión Europea tiene el mandato de fomentar la participación de los jóvenes en la vida democrática de Europa, como así establece el apartado 2 del artículo 165 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). En los últimos años, los veintisiete Estados miembros se han comprometido en numerosas ocasiones a trabajar para conseguir una Unión que ofrezca mejores oportunidades educativas y de empleo a los jóvenes en todo el continente.
Un aspecto que se pretende impulsar a través del plan de recuperación para Europa, aprobado tras la llegada de la crisis provocada por el covid: el NextGenerationEU. La UE plantea que los jóvenes participen en el despliegue del plan de recuperación y vean reforzado, de esta manera, su papel en las transiciones ecológica y digital.
Asimismo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas reconoce el papel fundamental de los jóvenes en cuanto agentes del cambio en la escena internacional. El Año Europeo de la Juventud puede proporcionar un nuevo impulso a la aplicación de dicha Agenda, para contribuir al desarrollo sostenible y a la capacidad de los jóvenes de configurar el presente y el futuro; no solo de la UE, sino también de los países socios de esta y del planeta en su conjunto.
Paro y precariedad y salud mental
Sin duda, los retos que afronta la UE en cuanto a la situación de los jóvenes no son menores. Un informe reciente publicado por la Comisión Europea refleja el impacto que ha supuesto en la vida de los jóvenes la llegada de la pandemia, tanto a nivel formativo, como laboral y psicosocial.
La pandemia ha agravado las desigualdades preexistentes entre los jóvenes europeos en el mercado laboral en comparación con el resto de la población trabajadora. La pandemia ha supuesto un retroceso en la recuperación económica tras la crisis del 2008 que llegó a situar en el 25% su pico de desempleo entre los jóvenes, elevándose a más del 50% en países como Grecia o España.
En 2019, se había logrado bajar este dato al 14,1%, una cifra que aumentó hasta el 18% en 2021; situándose España de nuevo a la cabeza con el 37,7% de paro juvenil. A pesar de la recuperación del empleo de los jóvenes tras la crisis del 2008, esta se ha producido en buena medida a través de un aumento del empleo temporal con salarios bajos.
Además, la pandemia está teniendo un impacto sin precedentes en la salud mental y emocional de las personas jóvenes, al transformar radicalmente sus relaciones interpersonales; viéndose muy afectados por las alteraciones de los vínculos familiares y sociales, y por la crisis económica causada por los confinamientos.
Por otro lado, el reciente Observatorio de Emancipación publicado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) revela las nefastas consecuencias de la precariedad laboral en la vida personal de los jóvenes y la dificultad que estos tienen para llevar a cabo una vida independiente en nuestro país.
Efectos de la pandemia sobre la educación
En cuanto al aspecto formativo, el cierre de las instituciones educativas ha afectado al avance en el aprendizaje de todos los estudiantes. Sin embargo el cambio hacia el aprendizaje a distancia ha tenido un impacto desproporcionadamente negativo en las personas que ya se encontraban en una situación de desventaja, aumentando la probabilidad de abandono de los estudiantes en situación de riesgo. En los años anteriores se había producido una disminución constante de la proporción de jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni reciben formación. Pero en 2020, las cifras regresaron al nivel de 2017 (el 13,7%, en el caso de España y el 19,9%, solo por detrás de Italia con un 24,8%).
Los objetivos del Año Europeo de la Juventud
El objetivo general del Año Europeo de la Juventud será “impulsar los esfuerzos de la Unión, los Estados miembros y las autoridades regionales y locales, junto con los agentes de la sociedad civil, por empoderar, reconocer y apoyar a los jóvenes, y entablar un diálogo con ellos, incluidos los jóvenes con menos oportunidades, con la perspectiva de la etapa posterior a la pandemia de COVID-19, con miras a lograr una repercusión positiva a largo plazo para los jóvenes”.
Más concretamente, se pretende:
- renovar las perspectivas positivas de los jóvenes, prestando especial atención a aquellos efectos negativos que ha tenido sobre ellos la pandemia, al mismo tiempo que destacar las oportunidades que pueden brindarles las transiciones ecológica y digital;
- empoderar y ayudar a los jóvenes, especialmente a aquellos con menos oportunidades, a los pertenecientes a grupos vulnerables y marginados, a los procedentes de zonas rurales, remotas, periféricas o menos desarrolladas, para que adquieran conocimientos y competencias relevantes; de modo que se conviertan en ciudadanos comprometidos e impulsores del cambio en la UE;
- ayudar a los jóvenes a comprender mejor y fomentar activamente las diversas oportunidades de que disponen derivadas de las políticas públicas a nivel de la Unión, nacional, regional y local, de modo que se logre su desarrollo personal, social, económico y profesional;
- integrar la política de la juventud en todos los ámbitos políticos pertinentes de la Unión en consonancia con la Estrategia de la Unión Europea para la Juventud 2019-2027, a fin de alentar la incorporación de una perspectiva de la juventud en todos los niveles de la formulación de políticas. Este objetivo deberá llevarse a cabo a través de diferentes actividades como conferencias, actos e iniciativas en materia de políticas orientadas a los jóvenes para promover un debate inclusivo y accesible sobre los retos, incluido el impacto de la pandemia, a los que se enfrentan los jóvenes. También a través de métodos participativos, campañas de información, de educación, concienciación; además de estudios, investigaciones sobre la situación de los jóvenes en la UE, etc.
USO valora la declaración de 2022 como Año Europeo de la Juventud y la oportunidad que esto brinda para abrir un espacio de diálogo en torno a la situación de los jóvenes. Consideramos imprescindible la participación de las secretarías de juventud de los sindicatos en el debate y diseño de posibles políticas públicas, de modo que puedan abordarse los problemas que enfrenta la juventud europea.
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